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Campos morfogenéticos


Campos morfogenéticos

Arquetipos, naturaleza y ciencia. Campos morfogenéticos de Rupert Sheldrake, David Bohm y otros.

El biólogo inglés Rupert Sheldrake (nacido el 1942) lanzó la hipótesis de que el universo no está funcionando de acuerdo a leyes inmutables sino más bien a modelos de hábitos creados por la repetición de ciertos sucesos en el tiempo. En su libro Una Nueva Ciencia de la Vida propone que todos los sistemas se regulan por campos organizadores invisibles. Estos campos funcionan como si fuesen modelos para la forma y el comportamiento. Ahí coincide con la definición que Jung da al concepto de arquetipos.

Según Sheldrake, los campos morfogenéticos permiten la transmisión de información entre organismos de la misma especie sin mediar efectos espaciales. Es como si dentro de cada especie del universo, sea ésta una partícula o una galaxia, un protozoo o un ser humano, existiese un vínculo que actuara instantáneamente en un nivel sub-cuántico fuera del espacio y del tiempo. Este vínculo es lo que Sheldrake denomina campo mórfico o morfogenético.

Esta teoría le fue sugerida en parte a Sheldrake por ciertos experimentos de la psicología animal donde dicho efecto parecía tener lugar. Estos experimentos realizados en 1920 en la Universidad de Harvard por el el fisiólogo McDougall, trataban de descubrir en qué medida la inteligencia de las ratas era heredada. McDougall medía la inteligencia por la habilidad de los roedores en recorrer un pequeño laberinto. Las ratas "inteligentes", aquellas que resolvían el laberinto rápidamente, eran apareadas con otras ratas "inteligentes" y lo mismo se hacía con las ratas "torpes". Veintidós generaciones más tarde, en vez de ser las ratas "inteligentes" las únicas más listas, todas las ratas resultaron poseer una mayor inteligencia a la hora de resolver los laberintos. Las ratas de la camada "menos inteligente" recorrían el laberinto diez veces más rápido que cualquier rata de la camada original.

Un apoyo adicional a la teoría de Sheldrake se encuentra en el libro de Lyall Watson (Lifetide: The Niology of Conciousness). En él Watson relata el sorprendente suceso que pudo observar en una colonia de monos en la isla de Koshima, en aguas de Japón. Un grupo de científicos alimentaba a estos monos con batatas o boniatos sin lavar. Una hembra descubrió que lavando la batata en el mar, además de perder la molesta arenilla, sabía mejor. Pronto todos los monos de la isla de Koshima aprendieron el truco. Pero es más, el hábito aparentemente saltó por encima de las barreras naturales y apareció en otras islas e incluso en Takasakiyama, en Japón; y ello a pesar de haberse evitado el contacto de los monos de la isla de Koshima con los del resto del país.

Watson se imagina el proceso de la siguiente manera: hay un número de monos necesario para pasar una especie de umbral y conseguir los que se podría llamar la masa crítica para que el aprendizaje se extienda a toda la especie.

De este modo, supone la existencia de mecanismos en la evolución distintos a aquellos gobernados por la selección natural. El fenómeno observado por él puede explicar la manera en cómo algunos elementos mnésticos, ideas y costumbres se propagan por toda nuestra cultura. Es posible, dice Watson, que si un número suficientemente grande, entre nosotros, cree que algo es cierto, esto se torne en verdad para todo el mundo.


Lo mismo parece suceder con cristales. Algunas sustancias son muy difíciles de cristalizar en laboratorio. Pero tan pronto como un laboratorio tiene éxito en la tarea, la sustancia en cuestión comienza a cristalizar con mucha mayor facilidad en otros laboratorios alrededor del mundo. Al principio se pensó que la causa pudiera ser que investigadores visitantes portaran diminutos trozos de cristal en sus ropas o en sus barbas. Pero finalmente esta causa fue desechada. Aparentemente los cristales aprenden mediante resonancias mórficas.

Después de la publicación de Una Nueva Ciencia de la Vida, el Dr. Sheldrake realizó dos experimentos para refutar o verificar su teoría. Ambos parecieron confirmarla.

En uno de ellos, a personas de distintas partes del mundo se les daba un minuto para encontrar rostros famosos escondidos en un dibujo abstracto. Posteriormente la solución fue emitida por la BBC en un franja horaria donde la audiencia estimada era de un millón de espectadores. Inmediatamente después de la emisión, se realizó el mismo "test" sobre otra muestra de personas en lugares donde no se recibe la BBC. El número de sujetos que halló los rostros dentro del tiempo de un minuto fue un 76% mayor que en la primera prueba. La probabilidad de que este resultado se debiera a una simple casualidad era de 100 contra uno. Según Sheldrake, los campos morfogenéticos habían transmitido la información a toda la "especie".

En el otro, a varios grupos de personas se les pidió que memorizasen 3 poemas distintos. El primero era una canción infantil japonesa, el segundo un poema de un autor japonés moderno y el tercero un galimatías sin sentido. Tal como la teoría de los campos morfogenéticos predice, la canción infantil, habiendo sido aprendida por millones de niños durante muchas generaciones, aunque éstos fueran japoneses, fue memorizada notablemente más rápido que las otras dos alternativas.

La hipótesis explica muchos fenómenos enigmáticos en la investigación científica cuando ocurre un cambio en una unidad y sus efectos se trasladan vía los respectivos campos morfogenéticos a todos los campos existentes y a los que existirán en el futuro.

Otros experimentos, como el del psicólogo Gary Schwarz de la Universidad de Yale confirman la teoría de Sheldrake.

En la misma línia, hay otro científico al que cabe mencionar, David Bohm. Conocido por sus trabajos sobre física cuántica, colaboró con Einstein y trabajó con Oppenheimer. Llegó a la conclusión de que el mundo material que nosotros vemos, tocamos y medimos es el orden explícito; detrás existe el orden implícito, que no se ve, y que procede a su vez de un orden superimplícito o supercampo, al que denomina holomovimiento por su dinámica holográfica (debido a la cual el Todo está en cada una de sus partes).

Al concepto de inconsciente colectivo se acerca también la idea de memoria genética que desarrolló el científico ruso Iván Efremov, según el cual todo lo pensado, hablado y actuado por nuestros antepasados está grabado de alguna forma en el código genético.


Autor: Rupert Sheldrake

Fuente: http://espiritualidadycreciento.blogspot.com/2011/09/arquetipos.html